Ningún género de ministerio, por la palabra y una multitud de escritos, le es extranjero: el apostolado de los niños y de los más pobres por los cuales propaga la obra del Pan de San Antonio de Padua, el despertar de las vocaciones religiosas, su combate contra el mal bajo todas sus formas, la defensa de los derechos de la Iglesia y del cristiano, la gloria de Dios y la devoción a la Inmaculada Concepción
Por su vida toda entera, que es un canto de amor a Dios y a María.